No se si fue una fortuna el haberte conocido o mi gran pesadilla de la que no puedo despertar día tras día se repite...
Y por más que intento sacarte de mis pensamientos de mi mente, se niega, se queda aferrada a tu recuerdo, ese recuerdo que me hace daño y que me está consumiendo por dentro y por fuera, como se consume un cigarrillo olvidado en un cenicero.
Lo que empezó por un simple juego, se convirtió en un amor que no puedo borrar de mi mente.
Allí entrabas tu, parecías mostrar indiferencia, pero poco a poco te vas adentrando en mi juego en mis toques ingenuos en mi sonrisa maliciosa en mis caricias seductoras en mis palabras sensuales... poco a poco la noche se adentra y por medio de caricias me llevas a tocar el cielo con tu delicadeza y seducción...
Me haces llegar a lo más alto de esa montaña, llena de obstáculos delicados...
La noche se acaba, tú y yo nos despedimos, muestro indiferencia. Notarás que estoy acostumbrada a este tipo de cosas... de un aquí te pillo, aquí te mato... Pero quizás lo hago porque forma parte del juego.
Poco a poco nos vamos conociendo, yo doy no lo mejor de mí y me muestro impertinente con tus muestras de cariño hacia mi, con tus muestras de nobleza y de simpatía...
Parezco tener el control de la situación y el perfecto dominio... de lo que no soy conciente de que me traicionarías, y que en un abrir y cerrar de ojos, se volvería todo en mi contra...
Éramos tan felices los dos... nunca sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, y me doy cuenta ahora, cuando tu muestras tanta indiferencia por mi -cuando yo me enamoré locamente de tu sonrisa, tus gestos, tu delicadeza, de la simpatía de tu ser- no te valoré...
Y ahora estoy pagando por todo, por estar tan segura de mi misma, por ser una desquiciada y una caprichosa, que no sabe lo que quiere.
Ahora tú, eres libre sin mí y puedes hacer lo que te apetezca en todo momento. Los celos que siento son tan grandes, que me hacen hacer cosas insospechables por ti, porque te quiero conmigo a mi lado, te quiero por como eres.
Y perdóname si alguna vez te ofendí, pero estaba asustada porque no te quería perder y porque eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.
Espero que algún día te des cuenta de que he cambiado.
Sueño cada noche, con que me vuelvas hacer el amor locamente como lo hacíamos cada día.
Sueño en volver acariciarte y besarte con tanta locura. Sueño en que me vuelvas loca, que me muerdas cada rincón de mi cuerpo y llevarme a aquella montaña de la que no quiero bajar, de la que me quiero quedar allí, contigo, los dos juntos para siempre.