¿Placer?, si, me lo explicaron una vez, pero lo entendí hasta que estuve con él.
Desde ese momento lo reduzco a un concepto:
Cuando estoy con él y en él... cuando él está en mí.
Es cuando se inicia todo con una mirada y se continúa con una suave caricia.
Es que, ¿quién podría negarse al placer?
Quien se detiene y no enloquece al sentir la ropa deslizarse lentamente... al dejarla caer.
No se lo que me pasa cuando estoy con él,
Pero me convierto en otra, me visto de nada y vuelo.
Escapo al infinito, y no se si estoy en el cielo, en el espacio, o a un paso del averno...
Lo único que se, es que estoy con él y en él... que él está en mí.
Su cuerpo y mi cuerpo son con como mapas de ciudades desiertas,
Llenas de huellas de civilizaciones pasadas, que dejaron vestigios
Tan solo para que los guardáramos como tesoros ligados al alma.
Nos conocemos... he sentido cada milímetro de su piel y he tocado su alma,
Ha entrado en mi mente y nos identificamos plenamente en la cama.
Yo se que sus labios son frágiles como los míos,
Pero podríamos besarnos cuantas horas, minutos y segundos tuvieran los años,
Por días y en noches enteras, sin reposo,
Hasta que termináramos rendidos el uno junto al otro,
Porque sabemos que los labios al desnudo no tienen descanso.
Mis manos disfrazadas de seda se deslizan lenta y suavemente en su cuerpo,
Con la naturalidad de dos hojas en el viento dejándose llevar,
Y la nostalgia de dos amantes que no se pertenecen
Y temen que las circunstancias no los reúnan jamás.
Cuando estoy con él, mi corazón no deja de decirme que aún sigo viva,
Y mi mente vuela, escapa raptando mis pensamientos, dejando solamente mi creatividad.
Los sentidos se dispersan, enloquecen junto conmigo.
No pienso, no oigo y lo único que veo son siluetas desnudas
Agitadas por la melodía de sus corazones.
Mi tacto se agiliza tanto que podría sentir hasta los poros de su piel.
Mi nariz es seducida por el perfume natural de su cuerpo y mis pulmones reclaman a gritos aire.
Cuando estoy con él, mi cuerpo me lo agradece pues espontáneamente sonrío...
Quizás al sentir que mi piel se eriza, o al escuchar un reflejo de que las cosas van bien,
Lo reconozco porque mi cerebro aún enloquecido, responde
Estremeciendo desde el músculo mas fuerte de mi cuerpo,
Hasta lo mas sensible de mi ser.
Es simplemente una explosión de locura, una expansión de sensaciones vibrantes...
Una puerta al cielo, u otra entrada al infierno.
Pero todo es como una melodía, como un nuevo despertar,
Como regresar a la vida y sin duda, una relajación total.
Y al final no queda más que reconocer que el placer fue todo mío,
Cuando estoy con él y en él... cuando él está en mí...
Cuando por unos momentos, sin compromisos ni ataduras de ningún tipo,
Está total e incondicionalmente conmigo y es mío... tan solo mío.
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